El proyecto B-CHARMED, en el que participa el Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), intervino el pasado 10 de diciembre en un seminario online organizado por la División de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), para explicar sus avances en su investigación los bosques de coral negro de Lanzarote.
El objetivo de este webinar orientado al “Monitoreo mediante técnicas de ecoacústica aplicada para la conservación de la biodiversidad marina” del programa BEST; ha sido compartir buenas prácticas y resultados alcanzados sobre conservación marina en proyectos financiados por la Unión Europea en las regiones ultraperiféricas y territorios de ultramar. En este encuentro se han establecido diálogos, también, sobre el papel de la Europa de ultramar y los retos a los que se enfrentan estos territorios para la conservación de su patrimonio natural.
El seminario, que forma parte de los eventos previos al Congreso Mundial de la Conservación de la UICN en 2021 que se celebrará en Marsella, se ha centrado en dos iniciativas científicas que usan técnicas ecoacústicas, y durante su desarrollo también se ha realizado una descripción general de los logros alcanzados con el programa BEST financiado por la Comisión Europea (DG Environment) y gestionado por la División de Áreas Marinas Protegidas de la UICN.
tEntre estas dos iniciativas se encontraba B-CHARMED, un nuevo proyecto cuya investigación se centra en los bosques submarinos de coral negro de Lanzarote con el objetivo de conocer su estructura y funcionamiento, desarrollo de herramientas acústicas que permitan su mapeado y definir el tamaño de la unidad mínima de conservación, información que permitirá implementar medidas para mantener sus funciones y servicios ecosistémicos.
Francisco Otero Ferrer, investigador asociado al Grupo de Biodiversidad y Conservación del Instituto ECOAQUA y líder del proyecto, presentó las líneas principales de actuación, explicando que con su morfología arborescente, las comunidades de coral negro forman auténticos bosques submarinos, modificando el ambiente marino e influenciando a otras especies marinas asociadas.
“Como consecuencia de la profundidad en la que suelen encontrarse estos hábitats en la Macaronesia son poco conocidos, con escasos datos sobre su distribución espacial o sobre las funciones y servicios ecológicos que desempeñan. El proyecto B-CHARMED que comenzó este mismo año está desarrollando metodologías acústicas que permiten la caracterización y el mapeo de estos bosques marinos y de la biodiversidad asociada, en este caso, para las comunidades de coral negro existentes en la isla de Lanzarote”, señaló el investigador.
Con los datos recabados en estos meses, ya ha sido posible obtener una información detallada sobre el tipo de substrato, la batimetría de la zona de estudio, así como de la pendiente y rugosidad de los fondos analizados.
El proyecto B-CHARMED, en el que participa el Instituto Universitario ECOAQUA, está liderado por la Asociación Biodiversidad Atlántica y Sostenibilidad (ABAS), localizada en Gran Canaria, España, y cuenta como socios principales al Instituto Leibniz para la Investigación del Mar Báltico de Warnemünde (IOW) de Alemania y al Laboratorio de Ecogeoquímica de Ambientes Bentónicos, en Banyuls sur Mer (LECOB) de Francia.
El otro ponente de la webinar fue Simon Elise de la Universidad de La Reunion, que presentó un caso de estudio sobre los arrecifes de coral alrededor de la isla Europa, territorio francés de ultramar situado en el Océano Índico. Esta isla, dada su lejanía y aislamiento, es uno de los pocos lugares en el planeta donde se pueden considerar que existen arrecifes de coral vírgenes, cercanos a una condición prístina. Su conservación es tanto una prioridad como un reto logístico importante. Hasta ahora, la frecuencia de los monitoreos han sido cada 3 – 5 años, lo que es insuficiente para dar soporte a una gestión efectiva de la conservación de sus recursos naturales.
El proyecto CORCOPA, finalizado en 2018, y en el que participó este investigador, desarrolló una estación autónoma de monitoreo ambiental marino continuo, mediante hidrófonos y cámaras submarinas. Los datos recopilados se transmitían a una estación terrestre, suministrando información casi en tiempo real sobre el estado y el funcionamiento del ecosistema de arrecifes.
Las discusiones planteadas a los dos ponentes por una amplia audiencia, sobre todo de comunidades insulares situadas en el Atlántico, Índico y Pacífico, han servido para intercambiar ideas sobre posibilidades de replicación, las oportunidades de investigación y monitoreo que brindan estas técnicas innovadoras y las barreras y retos futuros a los que se enfrentan dichos desarrollos locales.